Hoy dejé de soñar

Ayer, antes de acostarme, leia un libro muy especial, y luego escribí en mi diario, cosas que quiero gritar pero a la vez que no quiero que nadie escuche. Tuve un sentimiento de hace ya varios días, que escribo sin sentirme tan... mal.
Cerre el pequeño cuadernillo naranja y con la luz apagada veía las estrellitas y planetas fluorescentes en mi techo que dejaban su brillo poco a poco mientras trataba de conciliar el sueño a pesar de las distracciones externas.

Algunos ya saben que padezco insomnio, hace unas semanas era tan intenso que hasta medicamentos tuve que tomar, pero afortunadamente, poco a poco los he dejado para irme a soluciones mas naturales, aun necesito ayuda pero ya no es tan extrema la cosa.
Mis sueños tan recurrentes al principio ya se estan desvaneciendo, ya no sueño, y si sueño, son cosas tan diferentes a las de antes, ya no me he despertado con ese vacío, ya que se esta llenando con otras cosas, me esta regresando la fuerza a mis manos, a mis brazos, a mis ojos, a mi corazón.

Creo que a veces me parecía imposible pensar que los sentimientos pudieran cambiar tan pronto, pero todo depende de como pasen las cosas no? Me refiero a la cadena de susesos que alimentan las cosas, ya sea de manera positiva o negativa, y este vacío se ha llenado poco a poco de mas y más desilusiones de muchas cosas, de ver como aun cuando uno hace un esfuerzo, no pasa nada, el mundo sigue girando, el sol saliendo y sigue lloviendo, en esta época claro, pero ya sólo se ven gotas de lluvia en mi ventana, ya se está esfumando la figura que antes mi corazón imaginaba en la puerta, aun cuando una parte de mi se esfuerza por no hacerlo, pero, con el correr de los dias, del tiempo, los sueños que antes tenía, ya no me hacen despertar, de hecho hace tiempo que he dejado de soñar, los anhelos que tuve ahora son como son estrellas fluorescentes que tengo en mi techo, cuya luz se va desvaneciendo poco a poco cuando les deja de dar la luz.

Creo que lo único que nos queda es recordar las cosas bonitas que han sucedido en nuestras vidas, los momentos que nos hicieron reir, incluso las que nos hicieron llorar.

He dejado de soñar.